Es una auténtica leyenda de la relojería. Un icono que, sin discusión, ha marcado el tiempo de varias generaciones y que aún hoy sigue en plena forma.

Del taller relojero al paddock. La historia del Carrera está ligada al mundo del automovilismo y el pilotaje profesional. En 1963 Jack Heuer, seguidor y aficionado a las carreras de coches, fijó su atención en las necesidades de los pilotos profesionales. Con la finalidad de diseñar un reloj robusto y resistente, centró su mente en un ideal, “La Carrera Panamericana México”, una de las más duras competiciones automovilísticas de resistencia. Con ese objetivo inicial nació el Carrera, un reloj de diseño arquitectónico basado en el Modernismo de los años setenta y en corrientes estéticas del momento como las líneas geométricas de Oscar Niemeyer, las sensuales curvas de Eero Saarinen o la estética limpia y ordenada del Pop-Art.

Del arte a las pistas, el diseño del Carrera se inspira firmemente en los códigos del automovilismo: el salpicadero en blanco y negro para la esfera y los guantes de piel perforada utilizados por Juan Manuel Fangio y sus contemporáneos para la correa.

La primera edición del Carrera, conocida como “Panda” por su esfera blanca y taquímetro en negro marcó tendencia dentro de las pistas. En 1969 nacía el Carrera Cronomatik Calibre 11, un cronógrafo automático nacido para hacer historia relojera por elementos como el piñón oscilante inventado por Edouard Heuer en 1887, la rueda de pilares y el volante en espiral (un regulador de mayor precisión para el cronometraje).

La década de los 70 el Carrera vivió momentos gloriosos de la mano de Jackie Ickx, Clay Regazzoni, Mario Andretti, Carlos Reutemann y Jody Schekter. TAG Heuer se convertiría entonces en Patrocinador y Cronometrador Oficial de muchas competiciones automovilísticas. El Carrera había nacido para subir al podium junto con pilotos de la talla de David Coulthard, Kimi Räikkönnen, Fernando Alonso, Lewis Hamilton, Alain Prost o Jenson Button.

1996 fue un año de inflexión para TAG Heuer al lanzar el Carrera Cronógrafo, uno de los relojes más vendidos de la historia de la marca. En 2004 ven la luz dos Carrera Automáticos y en 2005 el Calibre 360 Concept Chronograph con una precisión de una centésima de segundo. En 2013 TAG Heuer reinventa el piñón oscilante desarrollado por Edouard Heuer en 1887 con el calibre 1887 de manufactura propia y sistema de rueda de pilares.

Las distintas ediciones de este clásico le han valido a TAG Heuer el reconocimiento del público y de la crítica, que ha premiado relojes como el Carrera Calibre 360 Oro Rosa con el Gran Premio de Relojería de Ginebra en la categoría de “Reloj Deportivo del Año”. El Carrera Calibre 1887 ganaría “La Petite Aiguille” en Grand Prix d’Horlogerie de Genève en 2010 y, en 2012 los premios de relojería de Ginebra reconocerían con la “Aiguille d’Or” el TAG Heuer Mikrogirder, equipado con un sistema de alta frecuencia dual con 7.200.000 alt/h y un cronógrafo central que completa una rotación 20 veces por segundo. Un reloj sin rueda de pilares, ni volante en espiral fiable hasta una 5/10.000 de segundo.

Superación y un incuestionable componente técnico confirman el protagonismo indudable del Carrera y sus ilimitadas posibilidades en el futuro. Este icono relojero apunta muy alto.