Jean-Daniel Pasche es el «Señor Relojería» en Suiza. Presidente y director de la Federación de la industria relojera helvética, conocida simplemente como FH, representa los intereses de los relojeros frente al poder económico y político en Suiza tanto como en el extranjero. Y acompaña a menudo a los consejeros federales en sus desplazamientos a otros países.

Por sus frecuentes viajes y su responsabilidad, Jean-Daniel Pasche es un observador muy agudo de las tendencias dominantes en los mercados de todo el mundo. Además de sus conocimientos, se apoya cada mes en las estadísticas de las aduanas helvéticas. Y es que, con esa periodicidad, aduanas indica cuántos relojes se han exportado desde Suiza hacia el mundo entero. Estas estadísticas informan exclusivamente del número de relojes que han salido del país alpino y en ningún caso son estadísticas de ventas. Además, las cifras son globales y nunca detalladas por marca. Es la Federación de la industria relojera suiza quien las transmite a todo el sector de la relojería y más allá.

¿Cuál es su opinión sobre los últimos datos?

En primer lugar hay que decir que tenemos un importante descenso que ha seguido a una progresión muy fuerte. Por lo tanto, es absolutamente cierto que estamos experimentando una disminución en las exportaciones de relojes suizos. No queremos minimizar este hecho y hay que decir las cosas como son, pero considero absolutamente que el sector no está en peligro. Durante casi 10 años conocimos aumentos increíbles, después, a finales de 2014, se empezaron a sentir los primeros signos de ralentización. Recuerdo, sin embargo, que fue un año récord y que la relojería suiza no había hecho jamás tan buenas cifras, tanto en cantidad de relojes construidos como en cifra de negocios. 2015 fue ya el reflejo de la desaceleración, y en 2016 los relojeros esperaban la sentencia de muerte de esta crisis. Desafortunadamente, las dificultades continuaron y ahora la relojería suiza espera realizar al menos la misma cifra de negocios que en 2014, un año excelente.

¿Cuáles son las causas de esta crisis que se manifiesta en todo el mundo?

Las causas son múltiples. En primer lugar, hay una crisis financiera, monetaria, pero también está el miedo al terrorismo que hace que la gente viaje menos, la lucha llevada a cabo por el poder chino contra la corrupción, las dificultades que se acumulan en los países europeos, los flujos migratorios que se multiplican, el Brexit inglés, las elecciones norteamericanas, y así podríamos seguir…

¿Preocupa a la FH la elección de Trump como presidente de los Estados Unidos?

La FH no hace política y, por tanto, no se pronuncia sobre la elección del pueblo norteamericano. Dicho esto, subrayo que, en general, los presidentes republicanos son más expansivos en materia económica que los demócratas. Pero pienso también que es posible que esta elección sea un problema para México. Un problema que podría tocarnos, pues México es la plataforma de exportación de los relojes suizos hacia toda América latina y una acumulación de dificultades podría detener o ralentizar la distribución de relojes hacia esa región del mundo.

Volviendo a la situación global, habría que decir también que los Estados Unidos no han salido aún de la crisis, que Hong-Kong continúa en una situación extremadamente difícil y que el sudeste asiático no va tan mal. En Europa la situación es muy difícil, tanto que algunos mercados están casi totalmente parados. Por contra, Gran Bretaña va bien. Brexit obliga. Pero pueden producirse allí cambios estructurales que la penalicen, aunque no suficientemente como para ser tenidos en cuenta y analizados.

Se dice también que esta crisis ha estado provocada por un precio sobrevalorado en muchos relojes.

Sí, es interesante ver el descenso en los precios de los relojes. Esto demuestra que los verdaderos valores salen reforzados de estos periodos. Pero mantengo la confianza en el futuro del sector. Tenemos los medios para conservar ese liderazgo que despierta la admiración de nuestros competidores.

Para conservarlo, la relojería deberá aplicar la norma del Swiss made al 60%.

Sí, y yo estoy muy contento por ello. Hace 10 años que esperamos la renovación de la normativa Swiss made. Esto se ha concretizado finalmente y yo estoy muy orgulloso porque todos los países de la Comunidad Europea, la Organización Mundial del Comercio, por citar sólo algunos, no decían que eso sería absolutamente imposible. Pues bien, lo hemos logrado y con ello aumentaremos el nivel de la calidad de los relojes que construimos.

Imagino que la batalla ha debido de ser muy dura…

Sí, se puede decir así. En primer lugar, ha habido que convencer al Parlamento. Teníamos enfrente a la Usam, es decir a todos los sectores económicos que se refieren a las artes y oficios; también a la industria de la maquinaria. Todos estaban en contra y tenían una excelente representación en todos los cantones suizos. Puedo decirle que el resultado es muy satisfactorio cuando se ve todo lo que hemos tenido enfrente. Pero para ello tuvimos que convencer al Parlamento suizo pues es quien decidía sobre el tema. Tardamos 10 años en conseguir 18 votos. Como se imaginará, nos vimos obligados a ejercer una fuerte presión en todas las regiones del país, pues esta normativa de tener el 60% del valor total que corresponde a las exigencias legales, concierne a toda Suiza, incluida la industria quesera… Pero había que tener un «Swiss Net», pues es ahora el nombre de la normativa, para reemplazar al Swiss made.

Para ser completamente claros, ¿qué dice exactamente la nueva norma «Swiss Net»?

Desde el 1 de enero de 2017, el 60% del coste de cada reloj fabricado debe estar hecho exclusivamente en Suiza. Actualmente esto no ocurría, por lo que se trata de un cambio muy importante. Pero hay otras reglas, por ejemplo, el desarrollo técnico del reloj debe estar hecho en Suiza. Sin embargo, no dice nada sobre el diseño.

Imagino que todo esto no ha cambiado bruscamente el 1 de enero de 2017.

Por supuesto que no. Hay además medidas transitorias que acompañan esta nueva directriz. Por ejemplo, los relojes fabricados hasta el 31 de diciembre de 2016 pueden ser vendidos durante dos años. El efecto se llevará a cabo a tiempo y para que funcione es necesario prever medidas transitorias.

¿Y cuál es el objetivo de todo esto?

Es, simplemente, reforzar la credibilidad del sello Swiss made. Pero hay también importantes cuestiones técnicas y económicas que se plantean. Esta nueva normativa es, sin duda, una medida más que va a permitir a la relojería conservar su liderazgo mundial.