Tras un récord detrás de otro, la relojería suiza parece haber tocado techo, al menos por el momento. El año que acaba de terminar no lo ha hecho en positivo para las exportaciones de guardatiempos helvéticos. A falta de las cifras totales, la caída acumulada hasta el 30 de octubre era del 3,2%, siendo precisamente octubre, que tradicionalmente es un mes bueno, uno de los peores meses con un descenso del 12,3%.

Las razones para estas malas cifras son varias. Desde la ya conocida ralentización de los mercados asiáticos en general, y de China en particular, hasta la revalorización del franco suizo, anunciada a principios del año pasado y que, como efecto en cadena, ha producido un gran incremento en los precios finales que ha ido repercutiendo en los clientes en varias etapas. A todo esto hay que sumar la situación de crisis y de inestabilidad que experimentan aún muchos mercados.

Pero más allá de las razones económicas, habría que añadir también una falta de creatividad y de entusiasmo por parte de muchas marcas, cuyas propuestas resultan, cuanto menos, repetitivas y poco originales. Evidentemente, este no es el caso de todas las marcas; algunas están haciendo buenas cifras y explotando, en el mejor de los sentidos, su creatividad y su patrimonio -histórico y económico-, para proponer a sus clientes nuevos relojes mejorados tanto en las prestaciones y funciones de sus mecanismos como en los acabados estéticos en general. Marcas que contribuyen a hacer de la relojería una auténtica ciencia y un arte en el que nuevos y viejos oficios se dan la mano en aras de la belleza.

Pronto saldremos de dudas. En unos días el Salón de Ginebra, SIHH, abre sus puertas y en apenas dos meses lo hará el de Basilea, Baselworld. Veremos quienes apuestan de verdad por la innovación, la creación y el trabajo bien hecho, y quienes tratan simplemente de salir del paso, confiando en que una buena campaña de marketing hará el resto. Ya veremos y, como siempre, ya les contaremos… Y es que, como dijo Tales de Mileto, “el tiempo es el más sabio, pues todo lo aclara”.

¡Feliz 2016!